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Cuento: Un pez arrepentido
Frank Tor lloró tanto que se convirtió en pez. Después se arrepintió tanto de haber llorado, que odió ser pez (sus lágrimas no tienen v...
Cuento: Los dientes de Raquel
Raquel mordió una manzana, y todos sus dientes quedaron en ella. Fue a su casa con la boca sangrando a avisarle a su mamá. La mamá vin...
Cuento: Última carta de Ambrose Bierce
A Víctor Valera Mora Esta es la última carta que te escribo. No porque quiera, sino porque materialmente no puedo hacerte otra. La...
"Los brazos de Kalym" - Por Víctor Mosqueda
Interpretación psicológica de un cuento de Gabriel Jiménez Emán Los brazos de Kalym ciertamente son algo extraños. Y no solo por...
El bohemio místico baja de su casa - Por César Seco
El bohemio baja de su casa a la esquina del bar. En el trayecto se encuentra con una nube que lo abofetea, pero él se ríe. Es la rea...
Gabriel Jiménez Emán y el espejo de la tinta impresa - Por Carlos Yusti
Si uno va de cerebrito autodidacta y desplanchado, producto de anárquicas y desabrochadas lecturas, termina por convertir en ídolos a ...
Los otros Gabriel - Por Gustavo Pereira
1 Un antiguo sabio maya soñaba con parecerse a nadie. En su angustia, cierto día soñó que era un niño que miraba las nubes. Por no...
Existir como un gran deseo - Por Ramón Palomares
De variadas, ricas, intensas experiencias se alimenta esta poesía expresada en lenguaje desbordante y alegre: El escritor apasionado...